En un hospital ubicado en la región Los Andes de Venezuela lo evidente se trata de ocultar, de acuerdo a testimonios de médicos que trabajan en ese centro de salud público, quienes prefieren no ser identificados por seguridad. La razón es indiscutible: en ese hospital uno de los mandamientos para sobrevivir o mantener el trabajo es permanecer callado.
«En el hospital no hay nada, pero nos prohíben pronunciar las palabras ‘No hay’. Lo que nos obligan a decir es que ‘debido al bloqueo económico’ el hospital no cuenta con esos insumos», dice una de las fuentes. Asegura que el director de ese hospital los amenaza con suspensión si hacen lo contrario. «Y eso sería lo mínimo», agrega.
«Si vas a subir esto borra hasta mi mano, súbela en algo gringo, no venezolano», pidió uno de los médicos como condición para dar su testimonio y enviar la siguiente foto.
#Venezuela Este recién nacido murió por hipotermia en un hospital venezolano. No había mantas térmicas ni incubadoras. Los doctores le pidieron a los familiares una bolsa plástica, y lo único que consiguieron fue una bolsa de azúcar. En ese hospital mueren 7 niños diariamente. pic.twitter.com/lNWueDYtXB
— Jorge Agobian (@JorgeAgobian) 3 de marzo de 2019
En Venezuela, el Ministerio de Salud (del Poder Popular para la Salud) interrumpió desde 2015 la publicación semanal de datos epidemiológicos y de salud relevantes. Desde entonces, «se instauró el miedo en el sector salud para evitar que los médicos divulgaran información», asegura Francisco Valencia, director de la organización independiente Codevida.
En mayo de 2017 la publicación de un boletín correspondiente a datos de 2016 generó alarmas, y las mismas, consecuencias. En ese informe se reveló que en 2016 murieron 11.466 neonatos, 30 % más que la cifra de 2015 (8.812). La fuga de información generó el despido inmediato de Antonieta Caporale, cabeza del ministerio hasta entonces.
No dirás «no hay»: mandamiento #1
-Pero, ¿qué es lo que no hay?
-Mejor te digo lo que sí hay para que sea más rápido.
-Ok. ¿Qué hay?
-No hay nada. Con decirte que los médicos tenemos que rehusar nuestra indumentaria llena de sangre porque no hay más. No hay insumos, les tenemos que decir a los familiares que debido a la situación tienen que conseguir ellos mismos los medicamentos, hasta las jeringas, gasas, guantes, todo.
-¿Qué más?
-Las incubadoras no sirven. Se nos mueren los prematuros porque en el hospital hay una bacteria llamada Acinetobacter. Si en Estados Unidos, o en cualquier país del mundo, encuentran esa bacteria cerrarían el hospital por completo. Aquí se hacen los locos.
No preguntarás: mandamiento #2
Un cargamento de medicinas, en medio de un panorama de escasez de todo tipo es esperanzador para los galenos. «Necesitamos tantas cosas que no importa de dónde las manden, lo importante es salvar vidas», dice una médico residente del hospital.

En enero recibieron un cargamento de medicamentos rusos, sin especificaciones en español o inglés. Al preguntar a los encargados sobre el significado, la respuesta inmediata fue: «eso es lo que hay». A pesar de la barrera del idioma, los galenos comentan que hacen lo posible para traducir las indicaciones.
No documentarás: mandamiento #3
Compartir fotos sobre la situación del hospital es un «acto de valentía», según los colaboradores de este reportaje. Aseguran que si se enteran que esta fuga de información proviene de alguno de ellos, tendrían graves consecuencias.
«Si usas el teléfono en un quirófano ya eres sospechoso, por ejemplo».
Para la realización de este reportaje, se solicitaron fotografías y videos que den cuenta de las condiciones del hospital, pero por temor a que se sepa la ubicación del centro asistencial, las fuentes prefirieron que no se publicaran.