Inmigración en medio de crisis en la frontera sur de EE.UU.

«Estados Unidos no será un campo migratorio, no será un edificio de retención de refugiados». Así lo expresó el presidente Donald Trump el lunes, en lo que era tan solo el comienzo de una semana de duras críticas sobre la implementación de la política «tolerancia cero» sobre inmigración. La medida generó que niños inmigrantes hayan sido separados de sus padres tras llegar ilegalmente a Estados Unidos.

El mandatario estadounidense sostiene que el tema migratorio es el causante de los problemas del país, pero también culpa a los demócratas.

La Casa Blanca apuesta a la seguridad fronteriza, a la inmigración legal basada en méritos y a una reforma migratoria que incluya el otorgamiento de un estatus legal a un grupo de inmigrantes, entre ellos los llamados «soñadores». Todo eso a cambio de los fondos para construir un muro en la frontera sur, eliminar la lotería de visas y reformar las reglas de asilo.

La gota que derramó el vaso

La Casa Blanca, rodeada por el rechazo, aclaró que la administración Trump no tiene una política de separación de familias. La secretaria de Seguridad Nacional, Krisjten Nielsen, expresó que el gobierno «tiene un estatuto de responsabilidad que tomamos en serio para proteger a niños inmigrantes del contrabando humano, traficantes y otras acciones criminales que violan nuestras leyes migratorias».

Demócratas y republicanos moderados fustigaron la detención de al menos 2 mil menores en centros de acogida. A las denuncias se unieron organismos defensores de Derechos Humanos, gobiernos y el Papa Francisco.

Nielsen señala que en 314 % ha aumentado la llegada de adultos con menores que no son «unidades familiares» y que, al contrario, son «traficantes, contrabandistas, miembros del MS-13, son criminales y abusadores».

 

 

El decreto

En menos de 24 horas la Casa Blanca anunció la firma de un decreto del presidente Trump para evitar que las familias inmigrantes que llegan a la frontera sean separadas.

La Cámara no se pone de acuerdo

Mientras la mirada de Estados Unidos está puesta en el tema migratorio, en Washington legisladores de la Cámara de Representantes iniciaron la discusión de dos proyectos de ley abanderados por los republicanos. Uno de ellos, apoyado por el líder de la Cámara, Paul Ryan, pondría fin a la separación de familias y contiene los cuatro pilares de la administración Trump sobre inmigración. A ese paquete legislativo lo han denominado «republicano moderado».

Pero los demócratas se han mostrado totalmente en desacuerdo con ambos proyectos.

Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara, hizo un llamado a sus colegas republicanos: «deben alejarse de este proyecto de ley, deben llamar al presidente para que rescinda su política de encarcelamiento familiar».

Incluso un grupo de 190 miembros del partido demócrata presentaron un proyecto de ley para evitar la separación de familias.

La votación de alguno de los dos proyectos republicanos, que inicialmente estaba prevista para el pasado jueves, no se llevó a cabo y fue pospuesta para el viernes, cuando nuevamente se le volvió a dar largas al asunto.

El presidente Trump, quien ha dicho que está listo para firmar alguno de los dos proyectos de ley, reconoce que sin el apoyo de los demócratas no será posible obtener los votos suficientes para que el proyecto pase al Senado.

Foto de portada: (AP Photo/J. Scott Applewhite)